lunes, 17 de febrero de 2014

El paseo

Hola corazones;

Famoso entrecot de La Canilla
Aprovechando que mis padres estaban en el pueblo y no tenía que pedir permiso a nadie, el finde pasado me escapé a Logroño con los amigotes. Jorf jorf jorf [risas contenidas]

No os quiero dar mucha envidia pero la gama de bellos colores que ofrece la madre naturaleza en cual cualquier época del año a largo de una ruta amena y sinuosa, es lo más. 

Desde Madrid puedes ir de dos formas que tardas lo mismo, por arriba (vía Burgos) o por abajo (vía Soria y A-II). Yendo por arriba pues la verdad, es todo autopista y te cascan 18 eurazos de peaje... así que para economías más aventureras y maltrechas casi mejor que la de abajo, que además en paisajes ganas mucho.

A mi llamarme maniático, pero me gusta ir por arriba y volver por abajo. Más que nada por no repetir la ruta y ver los contrastes de los paisajes de un lado y otro.

La cosa es salir tempranito de Madrid pero sin machacarse mucho, las 10 es buena hora para estar en ruta y llegar a la capital riojana para la una o dos, es la hora perfecta para dejar las maletas en una de sus múltiples pensiones del centro y tirarse de lleno a la calle, no cualquiera, a una en concreto: la Laurel. Para el que no lo conozca: no pueden gustarte los bares y no conocer esta calle. 

Gordillas de la Canilla
A ver, voy a ir al grano; de tener que elegir un sitio me quedo con uno: La Canilla, que no está en la Laurel si no en San Agustín. No solo los vinos son buenos (que lo son, pero como en todos) si no que sin menospreciar al resto, te encuentras con unos pinchos que están estupendos, el entrecot (un clásico) y las gordillas, buf, receta tradicional riojana que es difícil encontrar fuera y una verdadera delicia para el paladar. Aquí las preparan con una salsa que quita el "sentío".

Podría hablar y hablar de las mil bondades de esa tierra y ese clima, de lo bien que se come y se bebe... pero voy a advertiros también de que a la vuelta hay que pasar por la sierra Cebollera, (con el maletero lleno de vino) y hacer parada en alguna de sus fondas, probar los caparrones, fusionarse un poco con el paisaje... Adelante mis valientes, BUENA RUTA!!!

martes, 11 de febrero de 2014

La Fabada.

La Fabada

"Ponersus" como queráis pero la mejor fabada después de la que he probado en la Sidrería Muros es la mía. Y como llevo con tos desde hace tres días y no se como saldré de ésta, quiero trasmitir mi humilde legado al resto de la humanidad mediante este post. Por si no lo cuento: seguir esta receta paso a paso y mi gran aportación al mundo quedará asegurada.

Ingredientes para tres:
  • 350 gr. de fabes nuevas. 
  • 1 compangu (1 chorizo, 1 morcilla, 1 panceta que debéis comprar en la Carnicería Mundo de Ribadesella)
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharada de pimentón 
  • 1 vasito de aceite
  • 1 pellizquito de azafrán.

Bueno, pues esta es una de esas recetas que hay que hacer con mucha paciencia y guiarse de la intuición y el paladar. El tiempo de cocción depende del agua, de la fabe, de la potencia de tu leña y de la olla que uses, puede variar mucho "asín" que: paciencia, que es la madre de la ciencia y un buen vino.

Se ponen en remojo las fabes la noche de antes, con abundante agua del grifo, sin miedo porque no te lo vas a creer pero con el agua engordan!.

La Fabada
Empieza La Fabada: pon la olla con el mismo agua de la noche anterior y las fabes a toda potencia, pela los ajos y las cebollas y reserva. Atento a la espuma blanca que va saliendo en este primer hervor: es mala, retírala con una espumadera, y cuando el asunto rompa a hervir es el momento de cambiar el agua (con un colador grande por ejemplo). 
En la misma olla se añaden a las fabes la cebolla y los ajos, el compangu, el pimentón y el aceite y se cubre de agua sin exceso, solo cubrir ya que se puede añadir agua si vemos que le falta en cualquier momento de la cocción. Le damos potencia media para que coja fuerza durante unos minutos y en cuanto coja calor es el momento de bajar al mínimo y esperar con un buen vino o una cerveza a que esté lista para el siguiente paso. Olvídate de ella durante un buen rato a aprovecha este momento para hacer eso que tienes pendiente desde hace años, como decirle a tu pareja lo mucho que le amas o colgarle a tu madre eso que te pidió hace años.

Toca esperar, así que me enrollaré un rato. La primera fabada que hice oye, me salió de campeonato, la suerte del novato que le llaman, pero en cambio la segunda... un desastre que acabó en unos huevos fritos con patatas la mar de ricos y socorridos. Ahora con el tiempo y la experiencia he conseguido ese clímax  rústico y esa textura que la gente acaba repitiendo hasta casi reventar, por lo que días después aún están con ese saborcillo tan de norte. Casi es recomendable desgrasarla un poco una vez cocinada y en frío retirando un poco de grasa que quede por la parte de arriba. Es un plato contundente asi que si tienes invitados insaciables que quieres conservar es mejor prepararles un suflé de bicarbonato de postre. Y otro consejo que os doy de gratis es que no se trata de una sofisticada receta para conquistar al amor de tu vida, prepara algo más ligerito o sorprenderás y mucho. Te lo digo yo que soy soltero.

Bien, pues pasadas las horas, con ciencia y paciencia, del aceite, el agua y la sustancia que desprenden el resto de ingredientes se ha formado un caldito uniforme, ni líquido ni espeso, de un color anaranjado que huele de aupa, las fabes prácticamente están en su punto (casi mantecosas si son buenas) y las cebollas están blanditas para deshacerse. Es el momento de retirarlas, tratamos también de retirar los ajos aunque es probable que se hayan deshecho (no pasa nada, mejor). Cogemos nuestro pellizquito de azafrán, lo deshacemos bien en la palma de la mano y lo espolvoreamos por la olla meneándola después por las asas para mezclar bien todo. Atención: nunca metas un cucharón dentro de la olla o te cargarás La Fabada! si sientes la llamada de remover hazlo siempre sin palo, solo moviendo la olla entera por las asas y en círculos.

Por último la dejas al chup chup durante una horita o así, apagas el fuego, y dejas enfriar durante horas.

Es importante dejarla reposar durante horas y calentarla una hora o dos antes de comer siempre a la potencia más baja, y si te coge el toro siempre puedes subirla gradualmente hasta que alcance la temperatura deseada. Todo es cuestión de paciencia y buenos ingredientes. Por último, si te has querido tirar el rollo con tu jefe y nada sale como esperabas ten a mano unas cuantas latas de Litoral y atízale bien de vino para que no aprecie las diferencias. Si me haces caso, amig@: EL PUESTO ES TUYO!




Salutación

NIEVA!

Estamos a martes, en pleno febrero y hoy nieva! asi que no encuentro una excusa mejor para empezar un blog.

Más que un blog es una especie de diario, sin objetivos ni pretensiones, en el que cualquiera puede opinar.

Ni siquiera, tampoco es un diario, simplemente una cosa más de la que tener que acordarme de vez en cuando...